Con una llamada telefónica de don Ramón Félix de la Torre para pedirme que le rentara y tuviera listo un coche blanco, que llegaría el Miércoles Santo de 1996 en el vuelo de la 1 de la tarde procedente de la ciudad de México con unas amistades muy importantes, comienza esta historia.
Estuve a recibir a este entrañable amigo del ingeniero Pedro Ruiz González puntual en el aeropuerto. Lo conocí en 1970 durante la preparación de la celebración por primera vez en 1971 del Año de Ramón López Velarde y desde entonces seguimos frecuentándonos principalmente en la Semana Santa en que asiste a su natal Jerez, a la cabalgata anual del Sábado de Gloria.
Llegaron con él: la escritora italiana Francesca Gargallo, que durante algún tiempo radicó en Zacatecas para escribir una novela cuyo personaje principal es el primer héroe zacatecano pacificador y civilizador de los Chichimecas y cofundador de la ciudad de San Luis Potosí, el Capitán Miguel Caldera, a quien casi no se le conoce ni se le ha dado la importancia histórica que representa pero esperamos lograr que los diputados se interesen en el tema. Volviendo al arribo de las importantes visitas: Luis de la Torre, caricaturista político estrella del periódico Excélsior durante muchos años; el historiador Jean Meyer, especialista en el tema de la Guerra Cristera, don Ramón y su distinguida esposa.
En el momento de los saludos don Ramón me informó que irían a Huejuquilla el Alto, Jal. a la presentación de un libro del que Luis de la Torre es coautor y todos ellos venían para participar como oradores en tan importante evento, que allá me esperaba a las 8 de la noche. Como no me podía negar, con mi deseo de buen viaje partieron hacia Valparaiso para seguir a su destino.
Después de arreglar mis asuntos de modo que me permitiera cumplir con el compromiso al que había sido invitado, llegué por primera vez en mi vida a tan hermosa población de la sierra en los límites de Jalisco y Zacatecas, era la primera vez que yo asistía a la presentación de un libro, se trataba de una historia de la Guerra Cristera titulado “Pueblos del Viento Norte” de la autoría de Manuel Caldera y Luis de la Torre. Todos los habitantes se dieron cita en el auditorio municipal y se sentía un ambiente muy interesante porque estaban estrenando gobierno panista: gobernador y presidente municipal, la presentación del libro de un coterráneo los enorgullecía totalmente. Hubo cena para todos sin faltar el tequila que se bebió moderadamente porque al día siguiente había que estar en condiciones de presenciar el Vía Crucis que allá, le denominan “La Judea” y tiene como particularidad que personajes que actúan como “viejos de la danza” portan en sus manos unos chirriones de correas de los que se usan para arriar animales y con ellos azotan a los intrépidos que los retan y solo traen para defenderse de los latigazos un palo como de pulgada y media por 60 centímetros.
Antes de irnos a “La Judea” don Ramón me dijo que el ex Secretario de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco quería conocerme para un asunto muy importante, Nacho Bonilla, tenía pocas horas que había dejado el cargo con el cambio de gobierno y de partido y en ese momento estaba organizando –según me dijo- los festejos del Cuarto Centenario de Monterrey, gracias a la fama que adquirió como organizador de festejos de ese nivel, cuando Guadalajara cumplió 450 años.
Me dijo: Zacatecas está por cumplir 450 también, en septiembre y yo quiero ofrecer algunos de los artistas que traigo de Europa y otras latitudes con los que estoy armando la celebración del 400 aniversario de la fundación de la Sultana del Norte. Ojalá que los podamos presentar también, en el 450 Aniversario de la Fundación de Zacatecas. Solo necesito que me ayudes a conectarme con el señor gobernador para exponerle mi idea.
Le contesté que no estaba en condiciones de conectarlo con el gobernador porque yo apenas conocía al Lic. Arturo Romo, pero que podía presentarlo con su jefe de asesores con quien cultivaba amistad gracias a que con mucha frecuencia nos encontrábamos en mi bar en el aeropuerto cuando él iba a esperar a su esposa y casi todas las semanas platicábamos mientras esperaba la llegada o salida del avión. Le pareció bien y a mi regreso le traté el asunto a don Salvador y le llevé el material que previamente Nacho Bonilla de había enviado por paquetería para que viera los carteles y todos los suvenires que había hecho para la fiesta de Guadalajara y que repetiría en la de Monterrey.
Afortunadamente se pudo armar el encuentro de ambos personajes y de ese encuentro, han resultado ya muchas historias y momentos memorables así como días de disfrute y emoción en miles de zacatecanos y de quienes al terminar julio y empezar agosto, se dan cita para conocer del folclor de las diferentes partes del mundo como a lo largo de 15 años se ha llevado a cabo. El que empieza hoy en Zacatecas, es el XVI Festival Zacatecas del Folclor Internacional.
Gracias a que Nacho Bonilla -como se le conoce en el mundo cultural-, nos compartió el elenco artístico de su fiesta de Monterrey, y por qué no decirlo, su amor por Zacatecas (él es originario de Mezquitic, Jal), los zacatecanos disfrutamos cada año de este espectacular evento anual. Cabe hacer notar también el trabajo arduo del profesor Vaquera, que aprovechó la oportunidad y pudo llevarlo a cabo durante todo este tiempo y gracias a las relaciones artísticas de Nacho, él también se internacionalizó y lo pudo organizar por 13 años, hasta el día de su muerte.
Con mis mejores deseos de que el festival de este año, lo gocen ampliamente, ya les platiqué como de forma tan sencilla, se hacen las grandes cosas en la vida.
Gracias por su atención.
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